META
Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas intervino cementerio de Fuentedeoro
 
																								
												
												
											Un total de 19 cuerpos fueron recuperados por la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) durante la primera fase de intervención al cementerio municipal de Fuentedeoro, en el Meta.
Esta acción es el resultado de la investigación humanitaria y extrajudicial que busca aliviar el dolor de los familiares de las cerca de 9.500 personas desaparecidas en este departamento por cuenta del conflicto armado.
De esta manera, la Unidad de Búsqueda avanza en su apuesta por la caracterización de cementerios, tal como es el caso del camposanto de Fuentedeoro, que fue caracterizado en el marco de un convenio suscrito por la entidad con la Pastoral Social y en el que se definió 56 sitios de interés forense en dicho predio. “Estamos satisfechos de haber hecho un trabajo que permita la recuperación de los cuerpos de personas que fueron desaparecidas en el marco del conflicto armado”, dijo Tatiana Suárez, de la Pastoral Social.
En todo el país, la Unidad de Búsqueda ha determinado que en los cementerios hay un número importante de cuerpos no identificados y de cuerpos identificados no reclamados, por lo que el ejercicio de caracterización se convierte en un insumo importante para la búsqueda de los desaparecidos a partir del trabajo coordinado con el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Después de este avance y con la información recabada en el ejercicio de caracterización realizado por Pastoral Social y contrastada en la investigación realizada por la Unidad de Búsqueda, se identificaron protocolos de necropsia, actas de levantamiento, cartas dentales y demás documentación que prometía impulsar la identificación de los cuerpos. Sin embargo, se presentaron retos importantes dado que el cementerio históricamente no ha contado con un sistema de nomenclatura, organización ni marcación en las bóvedas o sepulturas.
Durante los 10 días de intervención, el equipo forense de la Unidad de Búsqueda intervino 17 puntos de interés forense, 15 en bóvedas y dos en tierra, en donde se recuperaron 19 cuerpos, de los cuales se estableció que seis no eran competencia de la Unidad de Búsqueda, ocho fueron enviados para análisis a Instituto de Medicina Legal y cinco se asociaron con los protocolos de necropsia analizados.
Las acciones de investigación continúan avanzando por parte de la Unidad de Búsqueda para encontrar a las familias buscadoras que puedan relacionar a sus seres queridos desaparecidos con quienes se encuentran inhumados o han sido recuperados de este cementerio. Para octubre de 2024 se proyecta realizar la segunda fase de intervención, teniendo como meta recuperar los cuerpos que se encuentren en los 39 sitios de interés forense faltantes.

El proceso para la verificación
Hasta el cementerio de Fuentedeoro llegó un equipo forense de la Unidad de Búsqueda integrado por profesionales en disciplinas como antropología, criminalística, topografía, geofísica, medicina y odontología, quienes adelantaron las acciones humanitarias de prospección, recuperación y el proceso de verificación de correspondencia de información post mortem con cada cuerpo recuperado.
Este equipo interdisciplinario vio las dificultades que presentaba el cementerio para lograr relacionar los protocolos de necropsia y demás información encontrada durante la investigación con los cuerpos inhumados. Así fue como con cada hallazgo el equipo extendía las estructuras óseas, para cotejar la información obtenida previamente con las particularidades encontradas tales como fracturas, prendas de vestir, lesiones, traumas e información odontológica que permitiera establecer una posible correspondencia o asociación.
Según Diana Paola Viveros, coordinadora de la UBPD en el Meta: “Continúa la enorme e imparable tarea para encontrar a las familias de las personas que desaparecieron y cuyos cuerpos se quedaron en este cementerio. Por esto, invitamos a quienes tengan personas que hayan desaparecido entre 1999 y 2007 a acercarse a la entidad y hacer la solicitud de búsqueda para que empecemos a comparar información. Quizá alguno de estos cuerpos pueda corresponder a su familiar”.
Fuente: Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD)
META
Con demanda reclaman más de 45.000 hectáreas de los pueblos Sáliva y Piapoco, en Meta y Vichada
 
														Con el propósito de restablecer los derechos étnico-territoriales de las personas que integran el Resguardo Indígena Corozal Tapaojo, la Unidad de Restitución de Tierras (URT) presentó una demanda ante el Juzgado Segundo Civil del Circuito Especializado en Restitución de Tierras de Villavicencio.
Dicho resguardo está conformado por 354 familias (1.336 personas) pertenecientes a los pueblos originarios Sáliva y Piapoco, y que habitan un territorio ancestral de 45.430 hectáreas más 4.731 m², ubicado entre los municipios de Puerto Gaitán (Meta) y Santa Rosalía (Vichada). Son víctimas del conflicto armado al haber sufrido confinamiento, desplazamiento y abandono forzado, entre otras afectaciones.
Entre las principales pretensiones de la demanda se destacan: el reconocimiento de los pueblos Sáliva y Piapoco como víctimas; la garantía del goce efectivo de sus derechos territoriales colectivos; la ampliación del Resguardo Indígena Corozal Tapaojo y la implementación del Plan Integral de Reparación Colectiva.
Además, la demanda contempla la protección de los derechos culturales, ambientales y de salud, así como la implementación del Sistema de Educación Indígena Propio (SEIP).
“Con esta actuación, reafirmamos nuestro compromiso con los pueblos indígenas del Meta y Vichada. La restitución de sus territorios no solo es una medida de justicia, sino una apuesta por la preservación cultural y la paz en los Llanos Orientales”, destacó Robert Gabriel Barreto, director territorial de la Unidad de Restitución de Tierras en Meta.
Así, la URT le cumple con dignidad a las comunidades ancestrales, a la vez que avanza en su compromiso con la protección y la reparación de las víctimas y la construcción de una paz duradera en el país.
META
A la cárcel por matar a un perro que le ladró durante una riña con otro hombre
 
														La Fiscalía General de la Nación presentó ante una juez de control de garantías a Jesús Alonso Camacho Montoya por su presunta responsabilidad en el ataque a un canino llamado ‘Copito’ en hechos ocurridos el pasado 24 de octubre en una vía pública de Acacías (Meta).
Por estos hechos, un fiscal de la Seccional Meta, con el apoyo del Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma) le imputó el delito de muerte a animal. En audiencias concentradas el procesado no aceptó el cargo y deberá cumplir medida de aseguramiento privativa de la libertad en centro carcelario.
El material probatorio recopilado estableció que Camacho Montoya sostuvo una discusión con otro hombre por una deuda. En medio de la riña el procesado habría sacado un arma cortopunzante e hirió en el cuello a ‘Copito’ porque le ladró. La comunidad intentó auxiliarlo, pero falleció por la gravedad de la lesión.
Uniformados de la Policía Nacional capturaron al hombre en flagrancia.
META
En Mapiripán volvió la esperanza para don Luis Enrique, después de vivir la masacre en 1997
 
														En Mapiripán, la Unidad de Restitución de Tierras implementó un proyecto productivo urbano en favor de Luis Enrique Rivera Forero, quien fue víctima de desplazamiento y abandono forzado en 1997, tras la incursión paramilitar que derivó en la masacre en ese municipio, uno de los hechos más dolorosos del conflicto colombiano.
Después de 20 años de desarraigo, y tras un proceso judicial, el Tribunal Superior de Bogotá, mediante sentencia, ordenó la restitución del predio ubicado en el casco urbano. Posterior a su retorno, la Unidad implementó su proyecto productivo con una inversión de 40 salarios mínimos legales vigentes, destinados a la adecuación del local comercial y la dotación de equipos y mobiliario que fortalecen su actividad económica como tendero.
Con estos recursos, la URT le entregó una nevera, mostrador, vitrinas, estanterías, kit ambiental, báscula digital, congelador, horno microondas, surtido de víveres, insumos de cafetería y una vitrina de calefacción, además de realizar mejoras locativas en su vivienda, donde funciona la tienda.
El proyecto incluye acompañamiento técnico durante dos años, tal como capacitaciones en administración y manejo de recursos, fortaleciendo su economía. “Agradezco a la Unidad por este proyecto, que me permite sostenimiento y tener ingresos para mi subsistencia y mi vejez”, expresó Luis Enrique, quien hoy reescribe su historia desde el predio que debió abandonar hace más de dos décadas.
Robert Gabriel Barreto, director territorial de la URT en Meta, destacó: “hemos destinado más de $3.300 millones de pesos para la implementación de 120 proyectos productivos para familias beneficiarias de restitución de tierras en el departamento, fortaleciendo sus capacidades y garantizando reparación integral”.
El caso de Luis Enrique Rivera es ejemplo de justicia restaurativa: tras haber sido víctima de desplazamiento, hoy su tienda de abarrotes es un ejemplo de superación y de cómo la restitución de tierras está cumpliendo con dignidad a las víctimas.
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