La captura de Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, jefe del Clan del Golfo, deja varias de las estructuras en el país sin mandos específicos y como ruedas sueltas.
El Meta y los Llanos Orientales no eran ajenos a los tentáculos de esta organización que desde el año 2020 empezó a desplegar células de criminales en varios municipios, buscando incidir en dos negocios ilegales: rutas del narcotráfico en Casanare, Meta y Vichada y la explotación ilegal de minerales en Guaviare y Guainía.
«Viene el desmantelamiento del Clan del Golfo”, fue lo que dijo ayer domingo el Ministro de Defensa, Diego Molano, desde la zona donde fue capturado en el sábado alias ‘Otoniel’, haciendo referencia a que hay más grupos que estaban al mando de los cabecillas principales.
“Hay más de 500 hombres desplegados en la zona rural de San Pedro de Urabá y, a nivel nacional sigue toda la operación Osiris, evitando sus planes de expansión”, confirmó Molano, mientras que varios analistas calculan que en toda la organización quedarían cerca de 1.000 hombres.
El comandante de la Cuarta División del Ejército, general Antonio María Beltrán Díaz, dijo que en esta zona del país existe una subestructura del Clan del Golfo denominada ‘Gonzalo Oquendo’ pero su componente es criminal focalizado.
El más reciente golpe contra este grupo fue el operativo de alias ‘Ovidio’ o ‘Yeison’, presuntamente integrante de la organización delincuencial, quien el 29 de junio fue capturado por unidades de la Seccional de Investigación Criminal de la Policía Casanare, en trabajo coordinado con la Fiscalía.
10 días antes, en Puerto Gaitán, Soldados del Batallón Especial Energético y Vial N°15 y la Policía de la Dirección de Antinarcóticos, lograron la captura de tres sujetos señalados de estar al servicio del grupo armado organizado Clan del Golfo, incautándoles 240 kilogramos de clorhidrato de cocaína y 150 kilogramos de pasta base de coca, con un valor de 1.500 millones de pesos.
Otro golpe certero contra el Clan del Golfo en esta zona del país ocurrió el pasado 13 de marzo cuando lograron capturar a Darío Meléndez Beltrán alias “Porrón”, uno de los principales cabecillas, encargado por el mismo ‘Otoniel’ de asumir el control de ese grupo armado en todo el oriente del país.
‘Porrón’ fue enviado por Úsuga David con 20 hombres armados desde Urabá hacia el Meta para disputarle el control de las rutas de narcotráfico a Los Puntilleros y apoderarse del negocio en la frontera con Venezuela.
Y es que los Llanos Orientales era una zona clave para ‘Otoniel’ porque sabía que desde aquí podía controlar varios negocios ilegales que pasaban también por la extorsión a petroleras, la explotación de coltain o la venta de madera.
Sin embargo, tal vez el golpe más letal contra el Clan del Golfo en los Llanos fue ocurrió apenas comenzando el 2021, cuando se produjo la captura de Jesús Ramos Machado, alias ‘Aquiles’, que aunque no tuvo mucha relevancia en el Meta y el resto de departamentos de la Orinoquia, significó para el director de la Policía, general Jorge Luis Vargas, evitar que el Clan de Golfo conquistara esta región de los Llanos para facilitar rutas del narcotráfico con Venezuela, a través del Catatumbo (Norte de Santander).
Ramos Machado se movía entre Villavicencio (Meta) y Yopal (Casanare), coordinando los contactos para la incursión del clan en esta zona del país.
El Clan del Golfo tenía la facilidad de cada vez que fue capturado un cabecilla,. rápidamente había otro que lo sucedía. Esto bajo la supervisión de ‘Otoniel’, pero con él tras las rejas, lo que podría venir ahora es una desarticulación de la subestructura ‘Gonzalo Oquendo’, en donde cada integrante quiera quedarse con una parte de las acciones delincuenciales y haya traiciones entre ellos mismos.
Los Grupos Delincuenciales Organizados residuales (GDO-r) tienen Red Apoyo a la Estructura Residual (RAER), el Clan del Golfo tiene Componente Criminal Focalizado (CCF), es decir que son el apoyo logístico para realizar las acciones delincuenciales puntuales en una vereda o casco urbano muy específico.
Un exoficial de inteligencia dijo que tras una captura de quien consideran el jefe, los miembros de estas organizaciones suelen atomizarse en grupos de no más de 20 hombres para comportarse más como delincuencia común y ser perseguida por la Policía solamente: «sin embargo la Fuerza Pública debe tener cuidado porque en Meta y otros departamentos existen estructuras de las disidencias de las Far que podrían absorber esas unidades, quienes cuentan con armamento y experiencia militar».
Fuente: Periódico del Meta