CASANARE
“El Siete Colores” un bandolero que Colombia no olvida

El 9 de junio de 1965, 1.200 militares acabaron con Efraín González. Hoy muchos ciudadanos lo recuerdan como un mártir que aun vive como mito
Lo enterraron en Yopal, donde entierran a los guapos, en medio de un regimiento y lo cuidan más de cuatro. Así dice la canción que prohibiera el gobierno nacional y que hacia referencia al rebelde más grande que ha tenido la historia colombiana.
Había nacido en un pueblo llamado Jesús María en Santander, o tal vez en Albania Cundinamarca, prestó sus servicios en el ejército llegando a ser cabo primero y fue testigo presencial de la muerte violenta de su padre, su hijo y su madre, tal vez esto ayudó a endurecer su corazón.
Se volvió un chusmero, un rebelde, un bandolero, en contra del estado, robaba a los ricos y les daba a los pobres, enfrentaba al igual al ejército que a la policía, con una característica, que los enfrentaba sólo, esa era su esencia, era un solitario, aunque en algunos momentos tuvo grupos pequeños él era sólo. En un principio el gobierno supo de su existencia y hasta trabajo con él cuando había que hacer algo ilegal, trabajó también, y en lo mismo con los esmeralderos del Occidente de Boyacá y en Chiquinquirá. Recorrió varios municipios de Quindío, Boyacá, Cundinamarca y Santander.
Se volvió un mito, se decía que se transformaba en una planta, en un animal, en una piedra, se disfrazaba de pordiosero, de cura y hasta de monja, por eso sus apodos: el siete colores, don Juan o el hermano Juanito o simplemente su nombre, Efraín González.
En su paso por los pueblos se crearon leyendas como las de Tunja que decían que solitario llegaba a una tienda, hacía amistad con la gente, no hablaba mucho, ni poco, hablaba lo necesario. Gastaba cerveza y siempre con un disfraz distinto pagaba toda la cuenta y una vez que se retiraba dejaba sobre la mesa o mostrador un papel diciendo aquí estuvo Efrain González. Tal vez por eso el mito y por eso la leyenda.
Se volvió un peligro para el régimen, lo perseguían, lo enfrentaban y no lo capturaban, simplemente no podían, su astucia, su habilidad e inteligencia sumado al mito que se había creado hacía que el enfrentarse a él fuera motivo de miedo, de temor, de enfrentar a algo más allá que un ser humano. Cuando lo emboscaban, parecía que estaban contra muchos hombres porque respondía al fuego desde varios lugares al mismo tiempo, no se entendía porque un solo hombre podía hacer esto, era algo sobrehumano. En plenos combates salía a correr un gato negro y él desaparecía, o simplemente no había más respuesta al fuego y cuando se acercaban ya no estaba, no aparecía, se había esfumado o tal vez transformado en roca o en árbol, o en murciélago, o en arcoíris o en mariposas.
Siguió siendo perseguido, a un gobierno no le puede ganar un hombre, así tenga pactos con el más allá, o con los mismos del más acá. El nueve de junio de 1 965, después de una labor de inteligencia y de alta traición de su misma mujer lo ubicaron en una casa en el barrio San José de Bogotá, fue una fuerza desmedida, un batallón de doscientos hombres cercando a uno sólo y este les hacía frente, después de varias horas de combate hubo que llamar refuerzos, ahora eran otros mil, ya por todos eran mil doscientos contra uno, y se les enfrentó hasta que quedó sin munición, se les había escapado a los más de cinco mil tiros de fusil, a los mas de cincuenta disparos de cañón antiaéreo enviados por un tanque de guerra, a los gases lacrimógenos que cayeron en la casa, mientras ellos seguían disparando sin saberlo. Había salido a correr sin que se dieran cuenta, pero fue una cosa del destino que un pobre soldado que estaba retirado de la línea de fuego en medio de la oscuridad de un lote cercano vio la silueta de un hombre correr y más por susto que por otra cosa le dio un culatazo y al caer le disparó y allí sin saberlo y sin pensarlo quedó tirado el cuerpo del último y más grande bandolero que tuvo la historia colombiana.
La noticia de manera inmediata fue un revuelo nacional, todos los medios la registraron y la gente cada vez más empezó a llegar y gritar arengas en contra del gobierno, hubo necesidad de traer mucha policía para acordonar la zona, esto era un problema de seguridad nacional. Se hizo el levantamiento del cuerpo y en el mismo sitio al otro día se improvisó un pequeño altar con una virgen y un crucifijo, y empezaron a llegar ramos de flores, espermas y veladoras. La figura, el mito seguía con más fuerza en el subconsciente colectivo del país. El gobierno por su parte decidió enterrarlo lejos del centro del país, donde nadie llegara a venerarlo, donde muriera por siempre y para siempre de la memoria de su pueblo.
Lo llevaron lejos donde nadie llegara, a una tierra inhóspita, una tierra de nadie, un pueblo con menos de trescientos habitantes, lo llevaron a Yopal y su cuerpo fue enterrado en una guarnición militar, la tumba la cuidaban día y noche seis soldados, había que evitar que se llevaran su cuerpo o que lo convirtieran en un mártir.
El tiempo acabó con el mito, ya pocos lo recuerdan, ya la tumba está abandonada y nadie la cuida, ya Yopal es una gran ciudad y sólo queda una cantante que va de tienda en tienda cantando para que le paguen y si alguien le pide de su repertorio la canción de Efraín González, temerosa mira a lado y lado, como asegurándose de que alguien no la vaya a ver o escuchar y sin saber quién es ese alguien se decide a cantar y después que termina, aún temerosa cobra lo suyo y se va quizás queriendo que nadie más le vuelva a pedir esa canción, o quizás queriendo que todo el mundo la pida y ella pueda decir con orgullo que es de las pocas personas en Colombia que se sabe una canción que el gobierno nacional prohibió después que fuera grabada en honor al bandolero más grande que tuvo el país, en honor a Carlos Efraín González Téllez, el mito, el bandolero, la historia, la leyenda.
Fuente: Tomado del portal Las 2 Orillas / Luis Servando González Ayala
Foto: Archivo Banco de la República
CASANARE
Hospital Itinerante supera las 32 mil atenciones y 690 cirugías en recorridos por Casanare

Con 32.000 pacientes atendidos y más de 690 cirugías realizadas, el Hospital Itinerante que recorre Casanare se ha convertido como una alternativa para acercar la atención médica a las comunidades más apartadas.
La versión más reciente fue la vigésima primera Jornada Médico – Quirúrgica en Monterrey, donde se registraron 4.787 atenciones en salud y se practicaron 56 cirugías. En esta ocasión se prestaron servicios en cirugía general, pediatría, psiquiatría, ginecología, medicina interna, optometría y psicología, además de medicina general, odontología, planificación familiar, vacunación y controles de crecimiento y desarrollo. Entre los procedimientos quirúrgicos se incluyeron resecciones de lipomas y correcciones de hernias.
En Monterrey, por primera vez, la jornada se trasladó a una institución educativa, el Colegio Técnico Diversificado. Allí, estudiantes de grados noveno, décimo y once participaron en actividades de rumba terapia, recibieron atención psicológica, higiene oral, kits de cuidado bucal y pruebas para Chagas, sífilis y VIH.
En cada jornada, la llegada del equipo evita que los habitantes deban trasladarse hasta Yopal o esperar semanas por una remisión. Casos de hernias, lipomas y partos han sido atendidos oportunamente, reduciendo los tiempos de diagnóstico y tratamiento.
Cada misión moviliza cerca de 70 profesionales de la salud, junto con camiones que transportan equipos biomédicos, anestesia, medicamentos, mamógrafos y rayos X. Lo que parecería una logística imposible se convierte en un despliegue constante que sigue recorriendo el departamento y llevando servicios a miles de personas.
Fuente: El Diario del Llano
CASANARE
Reconocimiento nacional a Gestora Social de Casanare, por su aporte al turismo con enfoque social

La gestora social Diana Soler, reconocida por su trabajo en el empoderamiento de comunidades y la promoción del turismo con propósito, fue galardonada a nivel nacional en la categoría Turismo con Enfoque Social, subcategoría Liderazgo Femenino en el Turismo.
La distinción resaltó su aporte en la visibilización de mujeres que fortalecen sus territorios a través de iniciativas que conectan identidad, dignidad y desarrollo.
En el marco de la ceremonia anual “Turismo que Transforma”, el premio fue entregado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en alianza con Fontur y la Red Colombiana de Turismo Comunitario. Fueron tres las mujeres reconocidas en esta categoría, seleccionadas por su capacidad de generar impacto social, fortalecer el tejido comunitario y posicionar el turismo como una herramienta de inclusión y resiliencia.
Al recibir el galardón, Soler manifestó que el mérito pertenece a todas las mujeres que recorren sus territorios con amor, convierten la tradición en experiencia y hacen del turismo un camino para sanar, enseñar y resistir.
De igual manera, la gestora social ha impulsado campañas, colectivos y talleres que integran el turismo con procesos educativos, culturales y de empoderamiento femenino, lo que la ha convertido en referente nacional de liderazgo transformador.
Finalmente, este reconocimiento se suma a la proyección de Casanare como un territorio que inspira el emprendimiento y potencia el turismo con visión social.
Fuente: El Diario del Llano
CASANARE
Desmantelada banda que secuestró y asesinó a un topógrafo en zona rural de Yopal

La Policía Nacional en Casanare, a través del GAULA en coordinación con la Fiscalía, la Fuerza Aeroespacial Colombiana y unidades de inteligencia, logró la desarticulación total del Grupo de Delincuencia Común conocido como Los Nieves, señalado de ser el responsable del secuestro y posterior homicidio del topógrafo Carlos Andrés Bello Humo, ocurrido en marzo de este año en zona rural de Yopal.
Como se recuerda, la víctima fue privada de la libertad el 21 de marzo de 2025 bajo la modalidad de falso servicio, y su cuerpo fue hallado en una fosa común el 16 de mayo en Santafé de Morichal, gracias a la información obtenida tras la captura inicial de alias El Negro, uno de los autores materiales del crimen.
Cinco capturas
Las autoridades capturaron entre septiembre a los demás integrantes de la banda: alias Morroco y La Mona, en los departamentos de Meta y Arauca, quienes habrían recibido en sus cuentas la suma de $( millones de pesos, de los $20 millones que inicialmente pidieron por la liberación de Bello Humo. Posteriormente, en Yopal fueron detenidos alias Jumpi, alias Cristian y alias Benjamín, implicados en la custodia, transporte y homicidio de la víctima.
Con estas acciones, las autoridades lograron neutralizar completamente a esta estructura delincuencial que causó gran conmoción en la comunidad casanareña, al quedar esclarecido uno de los crímenes más repudiados de los últimos años en la región.
Fuente: El Diario del Llano