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CASANARE

“El general Montoya nos evaluó por litros de sangre”: Excomandante Gaula Casanare

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GUSTAVO SOTO BRACAMONTE

Tres exintegrantes del Ejército vinculados en casos de ‘falsos positivos’ en Casanare reconocieron este miércoles ante sus víctimas su responsabilidad en la comisión de esos hechos. Entre ellos, el mayor (r) Gustavo Soto Bracamonte, que comandó el Gaula militar en ese departamento entre 2006 y 2007, unidad que dejó más de 70 víctimas.

“Vengo a reconocerles que yo soy el victimario de sus seres queridos”. Con esas palabras, el mayor retirado del Ejército y excomandante del Gaula Militar de Casanare, Gustavo Soto Bracamonte, se paró este miércoles 10 de noviembre ante decenas de víctimas en Yopal y reconoció su responsabilidad en los casos de ‘falsos positivos’ cometidos bajo su comandancia en ese departamento. En un acto sin precedentes, humano y conmovedor, él y otros dos miembros retirados del Ejército le pidieron públicamente perdón a sus víctimas y al país.

En el acto convocado en conjunto por la Comisión de la Verdad y la Jurisdicción Especial para la Paz, Soto Bracamonte respondió por más de 70 víctimas de ejecuciones extrajudiciales que dejó su paso por esa unidad entre 2006 y 2007, y por las que ya fue condenado en la justicia ordinaria. En su intervención, leyó los nombres de una decena de sus víctimas y señaló sin dubitaciones: “Estas personas no eran combatientes ni delincuentes. Se reportaron de esa manera solo para satisfacer las necesidades de mis superiores”.

Allí mismo, relató en detalle las presiones que tuvo cuando llegó a dirigir el Gaula Militar en Casanare, desde los comandantes de brigada y división. Contó que a su llegada el entonces comandante de la brigada, coronel Henry Torres Escalante, lo recibió con la presión de los resultados de su antecesor: “No se vaya a dejar ganar del mayor Camargo, que es un excelente oficial, mire los resultados. Y me mostró ahí en el centro de operaciones, en un tablero blanco de unos 50 cm, todos los resultados de la brigada 16. Resultados reflejados en muertes”, dijo Bracamonte.

Según dijo, un sinnúmero de operaciones que terminaron ocasionando ‘falsos positivos’ se hizo porque llegaba el DAS u otros organismos de seguridad con supuesta información sobre extorsiones, con la cual se montaban los operativos. “Esas investigaciones donde está involucrado personal del DAS, del CTI, la Fiscalía de Villavicencio nunca las tocó, nunca las verificó. Pensarían ellos que porque estaba el DAS y el CTI no eran operaciones cuestionadas”, sostuvo.

En su relato, afirmó que a principios de 2007 firmó un acta en la que se comprometía a dar 25 bajas, pues la brigada tenía la meta de dar 100 bajas. Y explicó el origen de esas metas: “Fueron metas que puso el general Montoya. Entonces el comandante de la división decía ‘si yo tengo que dar 400 bajas y tengo 4 brigadas, cada una me da 100 bajas’. Y el comandante de brigada decía ‘si tengo 4 unidades, cada una me da 25′. Y así era como dividían qué cantidad le correspondía a cada uno”.

Así, dijo, se presentó una “carrera por las bajas” entre la brigada 16 y la cuarta brigada, de Barranquilla. “Hubo un momento en que la brigada 16 iba adelante, había pasado a la cuarta. Después nos decían ‘hermano mire a ver qué pasó porque nos pasó la cuarta brigada, ya dieron cinco, dieron ocho (bajas), miren a ver. Entonces empezaban todas esas presiones y lo que hicieron fue asesinar gente inocente: a todas ellas siempre se les maquilló como que pertenecían a una organización criminal, pero eso no era así”.

En su intervención recalcó con vehemencia el papel que en toda esa estructura jugó el general (r) Mario Montoya, entonces comandante del Ejército. “El general Montoya hacía programas radiales cada 15 días o cada mes, y en esos programas siempre leía las 10 primeras unidades, recalcando las muertes en combate, pidiendo resultados operacionañes. El Gaula Casanare siempre estuvo entre las 10 primeras, a mí siempre me felicitaban. Pero allí pude ver cómo amenazaba el general Montoya a muchos comandantes, a quienes les decía que los relevaba por no brindar resultados operacionales”.

La presión no solo se daba en los programas radiales. El mayor retirado Soto Bracamonte sostuvo que en una reunión en agosto de 2006 de todos los comandantes de unidades tácticas de esa división con el comandante del Ejército, Montoya también amenazó comandantes. “El comandante de la brigada proyectaba con videobeam los resultados de cada unidad y el comandante de cada una pasaba al frente, para que el general Montoya lo viera. Ahí pude ver cómo amenazó con relevar al comandante del batallón de infantería Joaquín París de San José del Guaviare por falta de resultados operacionales. Posteriormente lo relevó”.

“Lo peor que le pasó al Ejército fue la comandancia del general Montoya, porque siempre nos evaluó pidiéndonos litros de sangre. Yo era el comandante del Gaula acá y no tuve la gallardía y la berraquera para negarme a esa práctica irregular”. Y añadió: “200 años de historia del Ejército y me tocó la época más difícil, la del general Mario Montoya”.

“Todo era acomodado”

Igual de profundo y vehemente resultó el testimonio del sargento segundo retirado del Ejército Faiber Amaya, quien también se paró en la misma tarima, de frente a las víctimas. Hizo énfasis en el grado de subordinación que enfrentan los militares frente a sus superiores, desde el primer momento en que entran a esa institución. “Desde que ingresamos nos dicen: ‘Todo acá es a orden. Usted no puede levantarse si no es a orden; no puede ir al baño si no es a orden; si quiere hablar, es a orden. Todo lo que usted haga, es a orden’. Así se inicia la subordinación y eso a nosotros nos lo meten tan en el fondo de nuestra mente que si a usted le dicen tiene que pararse acá todo el día en un retén, usted todo el día se queda ahí, sin chistar, ni decir una palabra, porque usted está cumpliendo una orden”, explicó y agregó que esa subordinación fue la que lo llevó a cometer ‘falsos positivos’.

En su caso, tuvo un rol administrativo, encargado de darle apariencia de legalidad a las operaciones que causaban esas víctimas. “Todo iniciaba con la información que traía el informante, que solamente con decir ‘fulano de tal es…’, ya con eso se lanzaba una operación militar, autorizada por el comandante del Gaula y de la brigada. El resultado: todo era una película montada, nada de lo que pasaba en los documentos que nosotros dejábamos era la realidad. Todo era acomodado, todo organizado. Esos supuestos informantes no lo eran, sino que eran reclutadores, que nos traían esos jóvenes inocentes, que no tenían nada que ver con la guerra”, sostuvo.

Relató que cuando iniciaron las investigaciones en la justicia ordinaria, fue una estrategia coordinada guardar silencio y tratar de ocultar lo que estaba ocurriendo. “Empezó a correr la voz: nadie diga nada, guardemos silencio, no hablemos de nada. Tratábamos de tapar todos estos crímenes atroches que cometimos. Siempre negamos, pero nunca, nunca, se nos pasó por la mente hacer lo que estamos haciendo hoy”.

Igualmente, mirando a las víctimas, les dedicó unas palabras para tratar de resarcir en algo el nombre de sus seres queridos asesinados a manos del Gaula Militar del Casanare, acusados de guerrilleros. “Sus hijos, sus hermanos, sus padres, sus primos, sus tíos no eran malas personas, ni mucho menos, como lo dijeron en medios radiales o en informes de operaciones, no pertenecían a ninguna organización armada, ni eran guerrilleros. Fueron víctimas de las malas decisiones y de las irresponsabilidades de nosotros como miembros de una institución. nunca se contrastó ninguna información para decir que eso era tal y como lo decía el supuesto informante. Fueron víctimas de nosotros y no tenían nada que ver con el conflicto. Eran jóvenes con futuros, y qué importante hoy decirles y reconocer el buen nombre de esas personas que murieron en nuestras manos”, afirmó.

A los dos militares, junto a otro que habló de forma anónima durante el acto, los escucharon las familias de las víctimas de ejecuciones extrajudiciales en el departamento. Según cifras de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), entre 2002 y 2008, 246 personas fueron víctimas de ejecuciones extrajudiciales en el Casanare. Por eso, ese territorio fue uno de los priorizados por esa jurisdicción para la investigación en el caso 03, sobre los ‘falsos positivos’.

Para el abogado Fernando Rodríguez Kekhan, del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos y quien también intervino en el acto, lo que sucedió hoy es de una importancia trascendental. “Lo que pasó en el encuentro es una muestra de que en Colombia es posible llegar a reconciliaciones, es posible llegar a tener paz verdadera. Es un ejemplo importante por parte de los victimarios que desde sus experiencias de vida muestran arrepentimiento, solicitan perdón, pero más que eso, dan verdad y muestran realmente interés de llegar a un perdón por parte de las víctimas, aportando lo que ellos saben y vivieron durante el conflicto”.

Si bien, sostiene Rodríguez, son pocos los comparecientes agentes del Estado ante la justicia transicional frente a todo el universo que involucra los falsos positivos, es un paso fundamental. “Falta mucho, bastante, pero es un buen principio”.

Fuente: Tomado de www.elespectador.com

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Después de 19 años, el cuerpo de Elder Aponte Tumay regresa con su familia en Pore

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El cuerpo de Elder Aponte Tumay descansa ahora en el Cementerio Municipal de Pore. Tenía 28 años cuando desapareció, era amante del llano, que fue refugio y musa de los poemas que escribía. Diecinueve años después su madre, hermana, el resto de la familia y amigos lo recibieron en una ceremonia íntima y emotiva para rendirle un homenaje entre sus canciones favoritas y recuerdos para darle una sepultura digna. Lo evocaron por su nobleza, el amor hacía los suyos y las ganas de aprender cosas nuevas, estudiar y salir adelante.

Esta entrega digna se llevó a cabo en el marco del plan regional de búsqueda del norte de Casanare. En este acto, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), la Fiscalía General de la Nación y el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, acompañaron a la familia Aponte Tumay en el cierre de un ciclo que se prolongó durante casi dos décadas. Allí, en nombre del Estado, las instituciones pidieron perdón y reconocieron que ninguna persona debió ser desaparecida ni sometida a una espera tan larga para conocer la suerte y paradero de un ser querido.

19 años buscando

Tras la desaparición de Elder, la familia emprendió un camino de búsqueda que no conoció pausas. La voz más insistente fue la de su tía Astrid, quien acudió a distintas instituciones para exigir respuestas. Durante ese trayecto se encontraron con versiones contradictorias sobre lo ocurrido, algunas de ellas con relatos alejados de los hechos. Otras, incluso se atrevían a justificar su desaparición. Cada una de estas acciones con daño ampliaron la herida y aumentaron el dolor de la ausencia. Esto también generó señalamientos, estigmatización y revictimización.

El 17 de julio de 2006, en la vereda El Tablón de Támara, al norte de Casanare, Elder perdió la vida en hechos ocurridos en el contexto del conflicto armado. Su cuerpo  fue despojado de sus documentos e inhumado sin que se conociera su identidad. Años después las huellas dactilares tomadas por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, fueron cotejadas con la información de la Registraduría, permitiendo establecer las coincidencias entre el cuerpo previamente analizado y los registros existentes.

La confirmación final llegó tras el análisis genético realizado a su madre y hermana. Los resultados no dejaron dudas: las coincidencias establecieron que las estructuras óseas correspondían a Elder Aponte Tumay, cerrando un largo recorrido de incertidumbre con una certeza dolorosa pero necesaria para su familia.

Un ciclo cerrado

Luego de informar a la familia sobre la identificación, se organizó la entrega digna en el municipio de Pore. Con cartas y camisetas estampadas con el rostro de Elder, trajeron al presente su recuerdo. “Era un hijo muy cariñoso, alegre, le gustaba la música y el fútbol, me dolió mucho perderlo porque era una persona muy especial. Han pasado 19 años y hasta hoy le podemos dar cristiana sepultura, hoy llegamos a este momento de poder culminar esa búsqueda” dijo Yamile Tumay, su madre.

En el Cementerio Municipal de Pore, diecinueve globos blancos se elevaron hacia el cielo representando cada año de ausencia, mientras la comunidad lo despedía con música llanera: sonidos de arpa, cuatro, maracas y las voces de su tío, su cuñado y su primo.

Nunca perdieron la esperanza

Wilson Chavarro, Coordinador Territorial de la UBPD en Casanare, destacó la constancia de la familia: “Nunca perdieron la esperanza y persistieron en su reclamación por aclarar la situación de la que fue víctima su ser querido”. Añadió que la Unidad de Búsqueda acompañó la entrega digna del cuerpo de Elder conforme a las costumbres religiosas y tradiciones de la familia, y reafirmó el compromiso de la entidad: “Seguiremos trabajando para dar respuesta a las más de dos mil familias casanareñas que aún esperan a su ser querido”.

Casanare registra un universo de 2.081 personas dadas por desaparecidas en el marco del conflicto armado, según datos de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, de los cuales 43 casos se registraron en Pore. La Unidad de Búsqueda cuenta con 25 sedes territoriales y 3 sedes satélite en el país, donde recibe solicitudes de búsqueda y aportes de información que permita encontrar personas que se encuentran desaparecidas y cuyas familias continúan buscando. En Casanare, la sede de Yopal está ubicada en la Calle 16 # 22 – 65, barrio Bello Horizonte y se puede contactar a través del 3162809395.

Fuente: El Diario del Llano

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Tragedia en Yopal: motociclista murió tras ignorar semáforo en rojo y chocar en la calle 24

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Un grave accidente de tránsito se registró este martes, sobre las 3:00 de la tarde, en la intersección de la calle 24 con carrera 19 de Yopal, dejando como saldo una persona muerta y otra lesionada. La víctima fatal fue identificada como Sabas Enrique Vélez, quien según el reporte de las autoridades de tránsito, omitió el semáforo en rojo e impactó de manera violenta contra otra motocicleta.

Vélez se movilizaba en una moto Yamaha Libero 125 de placas SNA55C, mientras que el otro involucrado conducía una moto Agility de placas KLG25B. Videos de las cámaras de seguridad del sector confirmaron que el ahora fallecido avanzó a gran velocidad pese a la señal de pare, lo que provocó la colisión.

Ambos conductores resultaron heridos, pero Vélez sufrió lesiones de mayor gravedad y fue trasladado a la Clínica Casanare, donde horas más tarde se confirmó su deceso. El otro motociclista permanece bajo observación médica.

Adicionalmente, durante el siniestro vial un perro de raza husky siberiano que viajaba como acompañante en una de las motos resultó lastimado y huyó del lugar por el susto. Vecinos y allegados lograron localizarlo horas después y confirmaron que se encuentra a salvo.

Fuente: El Diario del Llano

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Cámara de Comercio y Policía Nacional alertan a comerciantes por llamadas extorsivas

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La Cámara de Comercio de Casanare realizó una nueva jornada de Café Empresarial en Yopal, con el propósito de fortalecer la seguridad de comerciantes y emprendedores frente a modalidades delictivas que afectan al sector productivo. La capacitación se centró en la prevención de llamadas extorsivas y estafas telefónicas, un fenómeno que suele presentarse contra quienes recientemente formalizan sus empresas en el Registro Único Empresarial.

Durante el encuentro, el comandante de la Policía de Casanare, Coronel Pablo Galindo, entregó recomendaciones prácticas para evitar ser víctimas de estas intimidaciones, las cuales en muchos casos son realizadas desde centros carcelarios. Entre las sugerencias destacó el uso de identificadores de llamadas, la protección de datos personales, el manejo responsable de la información en redes sociales y la denuncia inmediata ante el Gaula o la Policía de cualquier intento de extorsión.

El espacio también permitió que los emprendedores compartieran sus experiencias, y varios manifestaron haber recibido llamadas sospechosas poco después de registrar su empresa. Estos testimonios sirvieron para reforzar la importancia de aplicar las medidas de prevención y mantener una comunicación directa con las autoridades.

La Cámara de Comercio de Casanare reiteró su compromiso de seguir generando este tipo de espacios de formación, orientados a brindar herramientas de seguridad y acompañamiento a los empresarios de la región, especialmente a quienes inician su actividad económica y se encuentran más expuestos a estas modalidades delictivas.

Fuente: El Diario del Llano

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